Una vida en movimiento
Sin movimiento, no hay vida. Y es así que mi vida haciendo danza empezó cuando tenía apenas 3 años con las danzas españolas. Tras una pausa, me animé a explorar otros estilos como la danza moderna, contemporánea y jazz. Una lesión en la cadera me obligó a detenerme nuevamente, pero fue esa misma pausa la que me llevó a experimentar con la gravedad, buscando menos impacto y descubriendo así el pole dance. No puedo dejar de bailar, así que de vez en cuando me encontrarás en festivales o eventos de la ciudad representando danzas de mi querida Bolivia, y otras, volviendo a mis raíces con mezclas de flamenco.